En el cerro más alto de la villa de Palos, sobre la iglesia San Jorge y el río Tinto, se alzó una vez un majestuoso castillo propiedad de los Zúñiga, testigo mudo de siglos de historia de Palos y un símbolo del poderío de una de las familias más influyentes de la región.
Este castillo, declarado Bien de Interés Cultural con categoría de «monumento, sitio histórico y conjunto histórico», se encuentra en un proceso de restauración, conservación y puesta en valor.

Orígenes y evolución
Hay controversia sobre sus orígenes, pero la teoría más aceptada es que la torre primitiva se erigío en época musulmana, cuando Palos se encontraba bajo la jurisdiccíon de Niebla, sobre la segunda mitad del siglo XIII.
Sobre esta primera torre fueron adosándose las demás partes del castillo en diferentes épocas, llegando su máximo apogeo y desarrollo bajo el dominio de la familia Zúñiga en el siglo XV, quien decidió mejorar la fortaleza para proteger sus dominios, el comercio y controlar el territorio circundante. Recordemos, que por el entonces siglo XV, existía una vaguada en las faldas del castillo con calado de hasta 4 metros que servía de puerto interior para grandes embarcaciones, en una época en la que la piratería y las tensiones con moríscos y portugueses mantenían a la corona de Castilla y a la población local en alerta constante.
El castillo, a largo de los siglos, ha sufrido diversas modificaciones y ampliaciones, adaptándose a las necesidades defensivas y residenciales de cada época, manteniéndose en servicio hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando perdió su funcionalidad militar y fue abandono.
Arquitectura y características
El castillo presenta una planta rectangular con torres en las esquinas, típicas de las fortalezas medievales. Sus muros de mampostería con revestimiento de mortero a base de arena y cal, robustos y austeros, reflejan el carácter defensivo de la construcción. En el interior, destaca el patio de armas, espacio sobre el que estarían dispuestas las demás estancias del castillo.
Uno de los elementos más interesantes del castillo fue su torre del homenaje, la más alta y fortificada, que servía como residencia del señor y como último bastión de defensa en caso de ataque.
En las últimas excavaciones desempeñadas en el área del castillo, se han desenterrado lo que parece ser un calabozo o mazmorra, en la esquina sureste del patio de armas.
En la actualidad, la fortaleza se conserva de forma parcial y desde su cima, se puede disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes de Palos de la Frontera y sus alrededores.
Las dimensiones aproximadas de la edificación es de 28 por 23 metros.
Visitas al castillo
Hoy en día, el Castillo de los Zúñiga se encuentra en restauración y las visitas al público están restringidas.
